Asteroid Blues

En esta ocasión la misión encomendada a las tropas ariadnas consisitía en expulsar a un contingente neoterrano del territorio impidiendo hacer uso de unas consolas y antenas ubicadas en territorio de nadie.
Como buenos conocedores del lugar, nuestras tropas atacarían primero en una perfecta y estudiada maniobra.
Por un flanco avanzaríamos impunes con el humo del irmandinho hasta nuestros objetivos, por el otro con el Dog Warrior, todos cubiertos por un marauder con Lanzacohetes pesado, un moblot con panzerfaust y un ratnik con el mismo y fiable armamento de defensa.
Tras ver el despliegue enemigo, lo primero que hubo que hacer es controlar el entusiasmo del irmandinho, que saldría descubierto a la intemperie a tiro de su bien posicionado Aquila, ya que con su visor el humo no tendría el efecto deseado.
Por el otro flanco si que avanzó el dog face (nadie se anima a intentar calmar a uno de éstos), con su avance se descubrió un Hexa francotirador, igualmente bien posicionado en lo alto de un edificio para ver todo el posible recorrido del dog face, éste último intentó esquivar el disparo con una nube de humo, pero el tiro fue demasiado certero y nada pudo hacer para evitar su transmutación.
El ahora dog warrior continúo avanzando, ya que su especialidad son las distancias cortas, también con el objetivo de cubrir las antenas con humo para que los especialistas pudiesen activarlas impunemente, pero nuevamente el Hexa fue mas rápido que la bestia, y recibió una segunda herida.
Mas calmado y desde una mejor posición, fuera del alcance del temido Hexa, el dog warrior lanzó humo sobre la antena, y un Foxtrot aprovechó la situación para activarla y recamuflarse.
Por el otro flanco, viendo que el enemigo tenía tropas ocultas, el irmandinho tiró humo para cubrir un flanco del Ratnik, y éste último decidió intentar acabar con el Aquila que tantos problemas podía darnos.
Tras varias intentonas, el Aquila salió ileso y se acabó ocultando, por lo que en un último intento el Ratnik aprovecharía para acabar con un warcor, pero en vez de esto acabó cegado…
Mala suerte para la representación Rusa en este caso.
Mejor le iría al mercenario liberto Ilota, que avanzó desde su camuflaje eliminando al warcor y a uno de los bolts que enlazaban con el Aquila, quedándose eso sí, a merced del enemigo en su nuevo turno.
Tocaba aguantar el envite rival, el ya nombrado Hexa decidió tirar del carro y aprovechando la zona de saturación, disparó por un lado al moblot y por otro al marauder, el primero fue abatido pero el segundo acabó eliminando al termo óptico enemigo con su réplica.
Golpe de suerte para la representación Yankee en la batalla, que como veremos, acabaría siendo decisiva.
En un intento de vengar a su compañero, un bolt con spitfire decidió descargar todo su fuego sobre nuestro valiente USAriadno, éste hizo uso de la conocida tenacidad de los marauders y apretando los dientes consiguió, no solo mantenerse firme en su posición, sino que también acabar con el bolt.
Menos suerte tuvo el Grunt observador de artillería, que fue abatido por un monje dominico.
Era el turno de contraatacar, y el ejército Panoceánico pagaría no haber actuado con la suficiente contundencia cuando tuvo ocasión.
El dog warrior avanzó por su flanco, cubierto esta vez sí, por una cortina de humo que evitaba que otro Hexa pudiese imitar a su compañero ya abatido, llegando de esta manera hasta un fusilero bastante escondido y que con suerte sería el teniente que dirigía a sus tropas.
Justo cuando estaba llegando al fusilero, hizo aparición un suizo con hmg, temible enemigo en otra situación, pero en las distancias cortas y sin apoyos, daba menos miedo del que merece.
Aprovechando el humo, un chasseur avanzó hasta el suizo, plantó una mina delante de él, y salió a pecho descubierto dispuesto a prender fuego tanto a él, como a su dispositivo de camuflaje termoóptico. Y así fue, aunque cayó con la réplica del suizo, éste murió entre las llamas del fiable armamento francés.
Ya sin riesgo alguno, el dog warrior saltó sobre el fusilero y acabó con el que efectivamente era su teniente.
Por el otro flanco el mercenario liberto hacía un muy buen uso de su escopeta acabando con el Aquila, sin duda poco se le pagó para el trabajo realizado.
Solo quedaba esperar como las pocas tropas supervivientes se replegaban y comunicaban a sus superiores que esa zona tenía dueño, y nada podían hacer para impedirlo.